Por SamBodoque:“Calidad antes que cantidad”. El 16 de enero de 2010, Balam Akab presentó su segundo disco de estudio (segundo tras “Xibalba” de 2006) en el billar/bar Blue Factor en el Distrito Federal, con The Golden Age, Ereshkigal y Muluc Pax como parte del cartel. Previo al toquín, hubo una conferencia de prensa en la que se le cuestionó a la banda estelar sobre la duración del disco, sobre el arte, sobre el tiempo de salida entre disco y disco. Se habló de la importancia de sus composiciones en español, idioma que se habla en nuestro país y que merece ser defendido en discos como éste.
“Guerrero Jaguar” abre el redondo. Un tema pegador, directo, potente, con líricas sobre el camino de los hombres valientes. Black-Death metal de ascendencia maya, sin fisuras y sin respiros. Es una cualidad del grupo mezclar ideologías susceptibles de crítica —lo prehispánico, al fin y al cabo, resulta anticristiano, como el Black metal—expreso en las letras que derraman sangre de nuestra sangre, además de furia y un profundo sentimiento de arraigo a los ancestros.
La producción del disco, grabado en Allory Studios, es de gran calidad y supera en poco a su anterior trabajo. Sin embargo, cualquiera que ignorase el origen mexicano (y chilango) del grupo, bien podría pensar que se trata de una banda a la par de Belphegor o cualquier otro exponente del género en el extranjero. Todo, la batería, las guitarras y la voz suenan inclementes y consiguen trastocar, con sus dosis de melodía, al oído más exigente.
La pega del álbum se centra en su duración. Sólo seis canciones, treinta minutos. ¿Se trata de un Ep? La respuesta, al principio de esta reseña.
Track List:
1.Guerrero Jaguar
2.Tohil
3.Invocación
4.Sacrificio
5.Maiz / Carne - Sangre
6.Kin (Nacer del Sol)
Alineación:
Alejandro - Voz
Enrique Daniel - Guitarra
Omar J. D. - Batería
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